SALMO 6
SALMO 6
Señor, no me reprendas en tu ira, ni me castigues en tu furor.
Ten piedad de mí, Señor, porque estoy sin fuerzas; sáname Señor, pues no puedo sostenerme. También mi alma está aterrada; ¿y tú, Señor, hasta cuándo?
Vuélvete Señor, y libérame, sálvame, por tu misericordia. Porque en la muerte no hay recuerdo de ti; en el sepulcro, ¿Quién te alabará? Yo estoy cansado de gemir; cada noche inundo de llanto mi lecho, empapo mi cama con mis lágrimas.
Mis ojos están cansados de sufrir; han envejecido a causa de todos mis opresores.
Apartaos de mí, todos los que hacéis el mal, porque el Señor ha oído la voz de mi llanto.
El Señor ha oído mi súplica, el Señor ha aceptado mi oración. Todos mis enemigos serán avergonzados y atemorizados; se volverán atrás, serán avergonzados de repente.
La Coronilla de la Divina Misericordia
La Coronilla de la Divina Misericordia
Oración Inicial (Opcional): “Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. Oh Fuente de Vida, insondable Misericordia Divina, envuelve al mundo entero y vacíate sobre nosotros.”
SALMO 91
SALMO 91
Tú que habitas al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Omnipotente,
dile al Señor: “Mi amparo, mi refugio, mi Dios, en quien yo pongo mi confianza”.
El te librará del lazo del cazador y del azote de la desgracia;
te cubrirá con sus plumas y hallarás bajo sus alas un refugio.