El Evangelio, Lucas 14,25-33
25 Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo:
26 «Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo.
27 El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
28 ¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla?
El Evangelio, Lucas 14,15-24
El Evangelio, Lucas 14,15-24 15 Al oír estas palabras, uno de los invitados le dijo: «¡Feliz el que se siente a la mesa en el Reino de Dios!». 16 Jesús le respondió: «Un hombre preparó un gran banquete y convidó a mucha gente. 17 A la hora de cenar, mandó a su sirviente que dijera […]
SALMO 139
1 Del maestro de coro. De David. Salmo.
Señor, tú me sondeas y me conoces
2 tú sabes si me siento o me levanto;
de lejos percibes lo que pienso,
3 te das cuenta si camino o si descanso,
y todos mis pasos te son familiares.
El Evangelio, Lucas 13,22-30
Yo les digo: Todo el que me reconozca delante de los hombres, también el Hijo del hombre lo reconocerá delante de los ángeles de Dios; pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. Y todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará. Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo defenderse o de qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que deban decir
El Evangelio, San Lucas 13, 31-35
En ese momento se acercaron algunos fariseos que le dijeron: «Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte». Él les respondió: «Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado. Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.
La Importancia de la Fe en las Personas y Cómo Mejora la Vida
La fe ha sido, desde tiempos inmemoriales, un pilar fundamental en la vida de millones de personas en todo el mundo. Es un motor invisible pero poderoso que guía decisiones, alimenta el espíritu, y brinda esperanza en los momentos más oscuros. Para los creyentes, especialmente en el contexto de la fe católica, la fe no solo es una creencia, sino una forma de vida que transforma y mejora todos los aspectos de la existencia. En este artículo, exploraremos cómo la fe impacta positivamente la vida de las personas, basándonos en principios católicos, y cómo estos cambios tienen un impacto duradero en la salud mental, emocional, y espiritual.
El Evangelio, San Lucas 12, 13-21
Yo les digo: Todo el que me reconozca delante de los hombres, también el Hijo del hombre lo reconocerá delante de los ángeles de Dios; pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. Y todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará. Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo defenderse o de qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que deban decir
El Evangelio, San Marcos 10, 35-45
Yo les digo: Todo el que me reconozca delante de los hombres, también el Hijo del hombre lo reconocerá delante de los ángeles de Dios; pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. Y todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará. Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo defenderse o de qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que deban decir
El Evangelio, Lucas 12, 8-12
Yo les digo: Todo el que me reconozca delante de los hombres, también el Hijo del hombre lo reconocerá delante de los ángeles de Dios; pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. Y todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará. Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo defenderse o de qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que deban decir
SALMO 35
Este salmo nos enseña a confiar en Dios incluso en medio de las más grandes adversidades. El salmista se encuentra rodeado de enemigos que buscan hacerle daño injustamente, pero en lugar de responder con venganza o odio, se vuelca hacia Dios pidiendo su intervención. Nos recuerda que, aunque enfrentemos dificultades y personas que nos lastimen, debemos mantenernos firmes en nuestra fe, sabiendo que Dios siempre escucha nuestras súplicas y actuará a su debido tiempo.